¿Qué es la dislexia infantil? Síntomas, causas y tratamientos

La dislexia infantil es la dificultad o incapacidad para la lectura en niños. Es un trastorno por lo general hereditario, no afecta a otras capacidades intelectuales y es más frecuente en los niños que en las niñas.

Sus manifestaciones son muy variadas y dependerán del trastorno y de la edad del niño, porque pueden afectar funciones relacionadas con la memoria, el vocabulario, las áreas motrices y el habla.

Incluso en la etapa preescolar se pueden observar las deficiencias significativas en el lenguaje, la motricidad, la percepción y la falta de madurez en general, por lo que sabiendo que no se cura sólo, con el paso del tiempo, se requiere un diagnostico temprano para ayudar al niño oportunamente.

Como a menudo este trastorno pasa desapercibido, se cree que el niño no quiere aprender o que no se esfuerza, lo que le somete a una gran tensión por parte de padres y maestros.

Por tanto, es imprescindible que unos y otros tengan presente la posibilidad de la dislexia.

Causas de la dislexia infantil

El cerebro humano está formado por dos hemisferios o mitades, el derecho y el izquierdo, que se comunican entre si.

Cada hemisferio está especializado en ciertas funciones.

El hemisferio izquierdo se ocupa de los procesos del lenguaje, mientras que el derecho se especializa en la información visual y espacial.

Estos dos hemisferios no trabajan exactamente igual, el izquierdo procesa la información de forma secuencial, es decir, unos datos tras otros, mientras que el derecho lo hace simultáneamente, osea, muchos datos a la vez.

Al leer, se combinan los dos tipos de estrategias en el manejo de la información por ambos hemisferios.

Pero en los niños dislexicos, se produce un fallo en el hemisferio izquierdo y se ve afectada la velocidad de procesamiento de la información, lo que impide que el niño procese los cambios rápidos de estímulos o sucesiones, tanto en el área visual como auditiva.

Los síntomas de la dislexia infantil

Desde la etapa preescolar es posible apreciar pequeños detalles que pueden hacer sospechar que un niño es dislexico.

Entre los 6 y los 11 años los síntomas son más evidentes y a partir de los 12 años se hacen muy claras las alteraciones del aprendizaje.

Los principales síntomas de la dislexia son:

• Dificultad en atender, concentrarse o seguir instrucciones.
• Dificultad para recordar lo que se le acaba de decir.
• Fracasos académicos como consecuencia del poco dominio de destrezas de la lectura, escritura o ambas.
• Dificultad en distinguir entre la derecha y la izquierda, o por ejemplo, confunde el 25 por el 52, la b con la d, on por no…
• Confunde derecha por izquierda, escribe en espejo, invierte sílabas, letras, números o palabras.
• Pobre comprensión lectora, incapacidad de escribir pensamientos, ni organizarlos.
• Defectos en coordinación, al caminar, en actividades manuales sencillas, como sostener un lápiz, atarse los zapatos, etc.
• Pierde sus notas en el colegio, sus libros, libretas.
• Es incapaz de aprender los conceptos que delimitan períodos de tiempo, como ayer, hoy y mañana.
• Interpreta deficientemente la información por su falta de comprensión de conceptos abstractos y porque lee mal.
• No funcionan sus habilidades sociales y no logra hacer amigos ni entender las discusiones.

Tratamiento para niños con dislexia

Ante la sospecha de los padres o los educadores lo más adecuado es consultar, por ejemplo al pediatra.

Para hacer un diagnostico preciso y valorar el caso particular de cada niño será necesaria la participación de otros profesionales como un psicopedagogo, especialista que se ocupa de los problemas del aprendizaje.

Aunque cada niño tendrá unas necesidades particulares, los padres pueden encontrar útiles algunas estrategias de apoyo para el tratamiento de dislexia en niños.

Los especialistas en dislexia, psiquiatra o psicólogo infantil trabajará en colaboración con los educadores y personal de la escuela, para hacer pruebas que puedan detectar la razón de la dificultad en el aprovechamiento y la presencia de problemas específicos del aprendizaje.

Después de entrevistar al niño y a la familia, y de evaluar la situación, el psicólogo infantil hará unas recomendaciones relacionadas con la ubicación escolar apropiada para el niño, la necesidad de ayudas especiales, como terapia académica, ocupacional o del habla y tomará unas medidas necesarias para ayudar a que el niño desarrolle al máximo su potencial.

En ocasiones recetará medicamentos, cuando sea necesario controlar la hiperactividad y/o distraibilidad.

Trabajará con el niño en el fortalecimiento de su confianza en sí mismo, elemento esencial para el desarrollo emocional saludable.

Ayudará también a los padres y otros miembros de la familia para enfrentarse a la realidad de vivir con un niño con un problema específico de aprendizaje.

Existen también actividades escolares para niños, tales como ejercicios de conciencia fonológica, realización de ejercicios para la atención, la memoria y el vocabulario, transmisión de confianza respecto a los profesionales que intervienen o darles libros de su interés.

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